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Lo hemos titulado como metodología porque de alguna manera teníamos que hacerlo, pero este término nos traslada a un concepto cerrado para determinar nuestra manera de Educar, aquello que nos hace especiales. Como aún no existe la palabra para definirlo, lo dejaremos así.
Es nuestra seña de identidad, nuestra huella particular, la que cala en cada niño y en cada familia, la que hace que los alumnos de Críos, cuando se convierten en padres quieren que sus hijos vivan ese "algo" especial que vivieron ellos.
En Críos cada niño explora no sólo el mundo que le rodea, sino que explora el mundo que es, su propio SER, siguiendo las notas de la emoción y una vez que tiene su YO explorado, podrán analizar todo aquello que le rodea, haciéndolo con seguridad, con tolerancia, con solidaridad, perseverancia.
Educamos para la vida. Confiamos en el niño, en sus capacidades para desarrollarse movido por su propia actividad y sus propios intereses.
Su actividad autónoma es la base y junto con una sostenida y cuidadísima relación con los adultos, ofreciendo a cada niño aquello que necesita, forman el binómio sólido y determinante para elaborar una confianza en sí mismo que le permita crecer armoniosamente.
Para poder llevar a cabo todo lo anterior y tras un proceso de investigación renovado y evaluado internamente por el Equipo Educativo de Críos no podemos quedarnos con un sólo criterio metodológico sino que extraemos lo mejor de los mejores:
- el sueño de constructivismo de PIAGET y su teoría sobre el desarrollo evolutivo de cada niño;
- el arte de pensar que aportó VIGOTSKY;
- el aprendizaje significativo de AUSUBEL;
- el profundo respeto por el niño y su libertad y prepación para que viva en libertad y dentro de un ambiente motivador, la importancia de la observación y la creación de una escuela activa deDECROLY;
- la teoría de las inteligencias múltiples de GARDNER trazando fortalezas en unas y debilidades en otras en función de cada persona;
- la inteligencia emocional y la inteligencia ecológica de GOLEMAN;
- el fundamento del niño como centro del proceso de enseñanza-aprendizaje de MARIA MONTESSORI;
- los "cien lenguajes del niño" de MALAGUZZI, su creatividad, la importancia de las relaciones humanas, la práctica de la escucha, la valoración de la diversidad y complejidad, la participación de las familias, la escuela colaborativa y comunitaria, la sensibilidad de los educadores y la calidad de los espacios y el ambiente.
- la confianza depositada en el niño, en su movimiento autónomo y en el establecimiento de unos vínculos cálidos y seguros con el educador de EMMI PICKLER.